Como a Letizia Ortiz antes de su pedida de mano...

... me quedan dos telediarios.

No, no espero morir antes de pasado mañana. Simplemente me quedan dos días y pico para cumplir los 27.

Menudo trauma, y eso que las cabilaciones de bitxilore me hacen pensar en que todavía queda un resquicio de bondad en esto de cumplir años. Sí, te regalan cosas, sigues vivo, nos acercamos más a la fecha en la que yo muda y ella sorda conozcamos al vástago (o será el tatara-vástago) de Ibarretxe y nos entregue nuestras tres placas conmemorativas la mayor hazaña jamás contada y jamás vivida.

Pero, con todo, no dejo de pensar en que en menos de 96 horas me hago un año más vieja. Y con cosas sin cumplir, como bitxilore. Aunque, ahora que lo pienso, es posible que esta realidad alternativa en la que vivo ahora, una vez desdoblado el continuo espacio-temporal que me separa de mi yo-27-añero imaginario y mi futuro yo-27-añero de esta realidad, tampoco esté tan mal.

Tengo un trabajo ¿indefinido?, la suerte de compartir los días con mi nene guapérrimo, tengo suficiente dinero para vivir desahogadamente y conocer mundo, de salud podríamos andar peor -por lo que de momento no me quejo 'demasiao'.... La vida nos da a todos muchos palos, pero de todo se aprende y todo nos curte el carácter.

De momento, aún voy a disfrutar de 2 días (y media hora) más de tregua. Después diremos adiós a los 26 con la manita y seguiremos para delante, como los de Alicante...

...y a ver si llegamos al siglo XXII, que tengo ganas de conocer los viajes en el tiempo, y los coches voladores, y una M30 sin atascos, y un Bilbao sin obras, y...

más vale vieja que nunca

Escribo este post con un día de retraso ya que le prometí a erlastar que ayer le quitaría el polvo al blog. Estoy pensando en proponerle un cambio de título. En vez de "margaritas&abejorros" podríamos ponerle "días fastos" o algo por el estilo ya que sólo escribimos en fechas señaladas.
El caso es que ayer fue mi cumpleaños y hoy ya soy mayor así que voy a compartir con vosotros esta senasción síperono que me invade.

Por un lado cumplir años es una depre, dicen algunos, porque te haces más vieja, ves que eres mayor y que las cosas que hace años pensabas que ibas a hacer a día de hoy... casi que no. Yo, por ejemplo, cuando cumplí los veinte pensé que a estas alturas ya tendría hijos! Lo que os decía: casi que no.
Por otro lado, mola porque, técnicamente, el día que dejes de cumplir años estás muerto así que, bienvenidos sean!
Yo me apunto a esta corriente de opinión y lo celebro todos los años por todo lo alto varias veces. Ayer, además de mi primera celebración familiar en años, lo celebré con erlastar.

Erlastar y yo tenemos un plan. Vamos a vivir 119 años para poner en nuestro epitafio que nacimos en el siglo XX y morimos en el XXII. Tiene su punto haber vivido tres siglos. Además así seguro que el ayuntamiento, la dipu, el gobierno o yo qué se, nos dará una placa. Una no. ¡Tres placas! Una para cada una y otra conjunta por ser las primeras amigas que celebran las bodas de... ¿antracita? No sé, cien años juntas, ciento uno. Mola mogollón ven a la nintendo (seguro que esta frase seguirá siendo mítica en el siglo XXII).
La entrega de placas será de lo más cómica porque ya que ninguna de las dos quiere quedarse ciega, llegar al vigésimo segundo y no verlo no tiene feng shui (otro día hablaremos del feng shui), pues erlastar se quedará muda y yo me quedaré sorda que, total, ya estoy en ello. Seremos un gran equipo porque yo me dirigiré al lehendakari, Juanjo Jr., y él le contesará a erlastar que me informará mediante carteles que las dos sabremos leer y escribir porque ya habíamos quedado en que ninguna se quedará ciega. Está todo pensado.

Pues ése es el plan. Creo que suficiente para el post de hoy.
Os voy a ir dejando no sin antes conceder al "alcohol sensor" que me ha regalado erlastar el óscar al regalo-puntazo del año y recordándole que a ella le quedan... tres telediarios...
La pelota está en tu tejado, erlastar.